ECOLOGIA MARINA
mar
sábado, 30 de mayo de 2020
viernes, 22 de junio de 2012
Por otra parte, la almeja se alimenta de partículas orgánicas (algas) suspendidas en el agua. Mediante dos sifones que extiende afuera de la arena. Por uno de ellos (el sifón inhalante) entra el agua y partículas, por el otro (el sifón exhalante) salen.
La reproducción es por fecundación externa. Las hembras y los machos no se distinguen a simple vista. A principio de primavera (septiembre-octubre-noviembre) y a fines de verano (febrero-marzo) los moluscos expulsan los espermatozoides y los óvulos en el agua donde se fecundan. Al desarrollarse, los huevos se transforman en larvas que nadan en el agua de mar.
Cuando se desarrollan se van transformando y son transportadas por el mar hacia la playa, donde comienzan a llegar a mediados de primavera. Al principio se entierran y pueden encontrarse en los primeros 5 cm de profundidad. Al año de vida alcanzan unos 40 Mm. de largo y los ejemplares más grandes llegan a medir 80 mm. El crecimiento es mucho más rápido en los juveniles que en los adultos y se calcula que pueden vivir hasta 8 años.
Los enemigos naturales son las aves marinas, los peces y crustáceos. Sin embargo el ser humano es el mayor depredador de la almeja que la utiliza como aliento y carnada. También el tránsito de vehículos por la franja inferior de la playa puede aplastar y destruir a millones de almejas durante el verano y el otoño.[1]
[1] Sessa, Paolo (Ing. Agrónomo), 2003, “29/12 Día internacional de la biodiversidad”, articulo del Dto. de Ecología y Medio ambiente, Municipalidad de La Costa, Mar del Tuyú, Pdo. De La Costa.
LA EDUCACIÓN PARA LA CONCIENTIZACIÓN AMBIENTAL
El autor Francisco Gutiérrez afirma que “He llegado a descubrir que el único aprendizaje que puede influir significativamente en la conducta de los demás es que el individuo descubra e incorpora por sí mismo. El aprendizaje basado en el propio descubrimiento, la verdad incorporada y asimilada personalmente en la experiencia, no pueda comunicarse de manera directa a otra persona, porque al transmitir esa experiencia la transforman en enseñanza”.[1]
[1] GUTIÉRREZ, Francisco;
“Pedagogía de la comunicación”, Editorial Humanitas, Buenos Aires, 1975, Págs. 93 y 94.
También establece que “No es la
escuela sino la comunidad el centro y programador de proyectos a través de los
cuales se verifique el proceso educativo. La gestión educativa no debe
pertenecer a la escuela sino a la comunidad. Esta debe disponer de los medios y recursos suficientes
como para lograr una red de centros de acción educativa conectados entre
sí y organizados técnicamente para prestar servicios a un grupo promocional de
dimensión comunal. “[2]
[2] Ídem. Anterior. Pág. 116.
Por ello Francisco Gutiérrez afirma que “Implica la formación de una conciencia integradora y movilizadora “que va de lo individual a lo colectivo, transformando los recursos internos a la persona en catalizadores de una sinergia social transformadora.” [3] Y además que “... El cambio de conciencia en relación con el abuso de los derechos de propiedad es el paso previo requerido para implementar la ciudadanía planetaria. Un segundo prerrequisito necesario en este caminar, es encontrar reglas y normas que definan los términos y condiciones de tenencia de la propiedad que hagan posible detener el saqueo y dolencia del planeta Tierra. [4]
[3] GUTIERREZ, Francisco; “Eco pedagogía y ciudadanía planetaria”, Pág. 42.
[4] Ídem. Anterior. Pág. 55.
“Hoy la educación tiene que tener nuevos
fines y objetivos. Señalaremos tres que son considerados como primordiales. El
primero es considerar la educación como un proceso de concientización. Concientización
es equivalente al desarrollo de las facultades de reflexión, de acción y de
invención en el educando. Como dice Freire: “el hombre no puede participar
activamente en la historia, en la
sociedad, en la transformación de la realidad, si no se le ayuda a tener
conciencia de la realidad y de su propia capacidad para transformarla”. La educación
como proceso de concientización permite al educando desarrollar al máximo sus
virtualidades como prerrequisito para lograr su liberación individual y social.
“[5]
Consecuentemente,
solo mediante el aprendizaje se puede llegar a la reflexión, en relación a esto
el autor Paulo Freire indica que la
educación “… sea
igualmente dialógica. De ahí que, concienciadora también, proporciona, al mismo
tiempo, la aprehensión de los temas generadores y la toma de conciencia
de los individuos en torno a ellos mismos. “[6]
[5] GUTIÉRREZ, Francisco;
“Pedagogía de la comunicación”, Editorial Humanitas, Buenos Aires, 1975, Págs. 96 y 97.
[6] FREIRE, Paulo; “Pedagogía del oprimido”, Editorial Siglo
XXI, México, 1973, Págs. 112 y 113.
El autor Edgar
Morin considera preciso que florezca “La conciencia ecológica, es
decir la conciencia de habitar con todos los seres mortales una misma esfera
viviente (biósfera); reconocer nuestro lazo consustancial con la biósfera nos
conduce a abandonar el sueño prometeico del dominio del universo para alimentar
la aspiración a la convivencia sobre la Tierra.”[7]
Porque el hombre puede aprender a convivir en armonía con el medio natural, sin
afectarlo y desarrollando actividades que logren la conservación de especies
animales y vegetales. El autor Francisco Gutiérrez igualmente destaca que “Como dice
Freire todo saber autentico lo es desde el momento en que se torna praxis,
mientras más reflexiona el hombre sobre la realidad, sobre su situación
concreta, más emerge plenamente consciente, comprometido, listo a intervenir en
la realidad para cambiarla. Lo que en realidad necesitan los niños para el año
2000 en sus esquemas de asimilación, es
una enorme flexibilidad en la acción y un poder no sólo de adaptación sino
de transformación creadora del medio que
les rodea.”[8]
[7] MORIN,
Edgar “Los 7 saberes necesarios a la
educación del futuro”, Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, Francia, 1999.
[8] GUTIÉRREZ, Francisco;
“Pedagogía de la comunicación”, Editorial Humanitas, Buenos Aires, 1975,
Págs. 112 y 113.
Mario
Kaplún considera que “El modelo se
basa en la participación activa del sujeto en el proceso educativo; y formar
para la participación en la sociedad. Porque solo participando, involucrándose,
investigando, haciéndose preguntas y buscando respuestas, problematizando y
problematizándose, se llega realmente al conocimiento.”[9]
sábado, 8 de octubre de 2011
LA ALMEJA AMARILLA
La Almeja Amarilla es uno de los mariscos más populares y su nombre científico es Mesodesma Mactroides. Es una especie emblemática, es decir caracteriza a esta zona, ya que habita las playas arenosas del Litoral Atlántico desde Río de Janeiro Brasil hasta más allá del Balneario Monte Hermoso en la Provincia de Buenos Aires en Argentina.
La almeja se halla en las costas arenosas donde la vida se oculta bajo la superficie, a la espera de la próxima pleamar. Cambiante e inestable, la arena no proporciona un sustrato fácil para el desarrollo de la vida. No obstante, el medio ambiente de las costas arenosas es menos duro que el de las costas rocosas. Aunque la temperatura superficial de las playas varía con las mareas, bajo la arena se mantiene casi constante, al igual que la salinidad. Su ubicación preferida esta en la zona conocida como intermareal (lugar de playa ubicado entre crecientes altas y bajas) y desde allí hasta la primer rompiente donde la arena permanece constantemente húmeda. En primavera-verano este molusco habita la franja inferior de la playa, formando bancos que quedan al descubierto durante la bajamar. En otoño-invierno, los animales migran hacia el mar.[1]
La almeja se halla en las costas arenosas donde la vida se oculta bajo la superficie, a la espera de la próxima pleamar. Cambiante e inestable, la arena no proporciona un sustrato fácil para el desarrollo de la vida. No obstante, el medio ambiente de las costas arenosas es menos duro que el de las costas rocosas. Aunque la temperatura superficial de las playas varía con las mareas, bajo la arena se mantiene casi constante, al igual que la salinidad. Su ubicación preferida esta en la zona conocida como intermareal (lugar de playa ubicado entre crecientes altas y bajas) y desde allí hasta la primer rompiente donde la arena permanece constantemente húmeda. En primavera-verano este molusco habita la franja inferior de la playa, formando bancos que quedan al descubierto durante la bajamar. En otoño-invierno, los animales migran hacia el mar.[1]
Se trata de un molusco bivalvo (también llamado Pelecípodo) debido a que posee dos valvas (o caparazones) que protegen su cuerpo, la derecha y la izquierda, articuladas dorsalmente por una bisagra con un ligamento flexible. Las valvas se cierran por la acción de uno o dos músculos fijados a sus caras interiores y están formadas por una capa exterior quitinosa, una capa intermedia de calcita o aragonito, y una capa interior laminada que, en algunas especies, es de nácar. Posee dos lóbulos de tejido llamados el manto. Este es carnoso y esta formado por un doble pliegue que protege la masa visceral. También segrega la caparazón, formando una espaciosa cavidad en torno al cuerpo. También los prominentes anillos de crecimiento de la valva son útiles para determinar su edad. No existe una cabeza diferenciada, pero en un extremo de la cavidad del manto hay una boca, y detrás de ésta se encuentra un pie empleado para la locomoción. El pie es musculoso en forma de hacha y es utilizado para enterrarse, total o parcialmente en la arena.
[1] Sessa, Paolo (Ing. Agrónomo), 2003, “29/12 Día internacional de la bioversidad”, articulo del Departamento de Ecología y Medio ambiente, Municipalidad de La Costa, Mar del Tuyú, Pdo. De La Costa.
lunes, 20 de junio de 2011
COMUNIDADES ZONA INTERMAREAL
Comunidades de la zona intermareal, organismos sobre todo marinos que viven en el margen delimitado por las líneas de pleamar y bajamar. Dentro de esta zona, los organismos se enfrentan a un medio inhóspito impuesto por las subidas y bajadas de las mareas. Durante algo más de la mitad de un periodo de 24 horas, el medio ambiente es marino; el resto del tiempo queda expuesto a los cambios de temperatura y a los efectos desecantes del viento y el sol.
En las áreas rocosas, en especial en las costas del norte, la vida se divide en varias zonas según el tiempo que queda al descubierto cada una. En la posición más elevada de las rocas se encuentra la zona negra, caracterizada por una costra de algas verde-azuladas. Este punto de transición entre el medio ambiente terrestre y marino sólo se ve inundado durante las mareas vivas o las quincenales. Las algas, protegidas por una cubierta gelatinosa para combatir la desecación, sirven de alimento a las litorinas, que se protegen en conchas cónicas herméticamente selladas.
A continuación está la zona blanca, en la que se encuentran los percebes, aferrados a las piedras. Entre los percebes viven otros moluscos llamados lapas. Durante la marea baja, los percebes mantienen cerradas sus cuatro placas móviles para no perder humedad. Con la pleamar las abren y extienden seis pares de tentáculos que parecen ramas para capturar los organismos microscópicos presentes en el agua. De los percebes se alimentan unos caracoles perforadores.
Por debajo de la zona blanca, y en algunos lugares sobre la zona de los percebes, aparecen las algas marinas, que carecen de raíces y se agarran a las rocas mediante una especie de zarcillos. Las algas pardas (Phaeophyta) alcanzan más de 2,5 m de longitud; las más comunes son las algas pardas con vesículas flotadoras (laminarias y fucales), con talos de más de 15 cm de grosor. Los talos, que les dan un aspecto frondoso, tienen numerosas protuberancias en forma de burbujas que les permiten flotar. Los mejillonesbisos (filamentos) segregados por una glándula que tienen en el pie. ocupan también esta zona, sobre todo allá donde se acumulan los sedimentos. Se adhieren al sustrato mediante
En la zona inferior, sólo al descubierto durante las mareas vivas, se encuentra la mayor de las algas pardas, Laminaria, una de las algas marinas llamadas Kelp. Entre sus talos semejantes a frondas viven estrellas de mar, cohombro de mar, lapas, mejillones, y cangrejos.
En las costas arenosas, la vida se oculta bajo la superficie, a la espera de la próxima pleamar. Cambiante e inestable, la arena no proporciona un sustrato fácil para el desarrollo de la vida. No obstante, el medio ambiente de las costas arenosas es menos duro que el de las costas rocosas. Aunque la temperatura superficial de las playas varía con las mareas, bajo la arena se mantiene casi constante, al igual que la salinidad.
La parte superior de una playa de arena, al igual que la de una rocosa, es una zona de transición entre la tierra y el mar. Está ocupada por cangrejos y pulgas de playa, animales más terrestres que marinos. La auténtica comunidad marina se encuentra en la zona del litoral. Dos de sus habitantes, activos durante la pleamar, son los gusanos arenícolas, que perforan la arena y se alimentan de materia orgánica, y la almeja coquina Donax, que avanza y retrocede en la playa siguiendo las mareas. Entre los granos de arena viven pequeños copépodos (crustáceos diminutos) y nematodos (gusanos) que se alimentan de algas microscópicas, bacterias y materia orgánica.
En la parte más alejada de la playa, sólo al descubierto durante un corto periodo, viven almejas, cangrejos, estrellas de mar y los erizos dólares de arena, cuyos esqueletos calcáreos yacen parcialmente enterrados en la arena.
LAS COMUNIDADES MARINAS
Comunidades marinas, plantas, animales y otras formas de vida adaptadas a vivir en los océanos. Las comunidades marinas incluyen desde los organismos marinos que habitan en la línea de pleamar a lo largo de la costa (véase Comunidades de la zona intermareal) hasta aquellos que viven en las profundidades del océano. Estos organismos se dividen en tres grupos principales: el bentos, formado por algas como la laminaria y animales como las ofiuras, que viven en los fondos oceánicos; el necton, animales que nadan, como los peces y las ballenas, capaces de desplazarse con independencia de las corrientes de agua; y el plancton, formado por diversos organismos diminutos o microscópicos que se mueven con las corrientes.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)