Por otra parte, la almeja se alimenta de partículas orgánicas (algas) suspendidas en el agua. Mediante dos sifones que extiende afuera de la arena. Por uno de ellos (el sifón inhalante) entra el agua y partículas, por el otro (el sifón exhalante) salen.
La reproducción es por fecundación externa. Las hembras y los machos no se distinguen a simple vista. A principio de primavera (septiembre-octubre-noviembre) y a fines de verano (febrero-marzo) los moluscos expulsan los espermatozoides y los óvulos en el agua donde se fecundan. Al desarrollarse, los huevos se transforman en larvas que nadan en el agua de mar.
Cuando se desarrollan se van transformando y son transportadas por el mar hacia la playa, donde comienzan a llegar a mediados de primavera. Al principio se entierran y pueden encontrarse en los primeros 5 cm de profundidad. Al año de vida alcanzan unos 40 Mm. de largo y los ejemplares más grandes llegan a medir 80 mm. El crecimiento es mucho más rápido en los juveniles que en los adultos y se calcula que pueden vivir hasta 8 años.
Los enemigos naturales son las aves marinas, los peces y crustáceos. Sin embargo el ser humano es el mayor depredador de la almeja que la utiliza como aliento y carnada. También el tránsito de vehículos por la franja inferior de la playa puede aplastar y destruir a millones de almejas durante el verano y el otoño.[1]
[1] Sessa, Paolo (Ing. Agrónomo), 2003, “29/12 Día internacional de la biodiversidad”, articulo del Dto. de Ecología y Medio ambiente, Municipalidad de La Costa, Mar del Tuyú, Pdo. De La Costa.
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