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viernes, 22 de junio de 2012





Por otra parte, la almeja se alimenta de partículas orgánicas (algas) suspendidas en el agua. Mediante dos sifones que extiende afuera de la arena. Por uno de ellos (el sifón inhalante) entra el agua y partículas, por el otro (el sifón exhalante) salen.
     La reproducción es por fecundación externa. Las hembras y los machos no se distinguen a simple vista. A principio de primavera (septiembre-octubre-noviembre) y a fines de verano (febrero-marzo) los moluscos expulsan los espermatozoides y los óvulos en el agua donde se fecundan. Al desarrollarse, los huevos se transforman en larvas que nadan en el agua de mar.
Cuando se desarrollan se van transformando y  son transportadas por el mar hacia la playa, donde comienzan a llegar a mediados de primavera. Al principio se entierran y pueden encontrarse en los primeros 5 cm de profundidad. Al año de vida alcanzan unos 40 Mm. de largo y los ejemplares más grandes llegan a medir 80 mm. El crecimiento es mucho más rápido en los juveniles que en los adultos y se calcula que pueden vivir hasta 8 años.
Los enemigos naturales son las aves marinas, los peces y crustáceos. Sin embargo el ser humano es el mayor depredador de la almeja que la utiliza como aliento y carnada. También el tránsito de vehículos por la franja inferior de la playa puede aplastar y destruir a millones de almejas durante el verano y el otoño.[1]



[1]  Sessa, Paolo (Ing. Agrónomo), 2003, “29/12 Día internacional de la biodiversidad”, articulo del Dto. de Ecología y Medio ambiente, Municipalidad de La Costa, Mar del Tuyú, Pdo. De La Costa.

LA  EDUCACIÓN PARA LA CONCIENTIZACIÓN AMBIENTAL

     El autor Francisco Gutiérrez afirma que He llegado a descubrir que el único aprendizaje que puede influir significativamente en la conducta de los demás es que el individuo  descubra e incorpora por sí mismo. El aprendizaje basado en el propio descubrimiento, la verdad incorporada y asimilada personalmente en la experiencia, no pueda comunicarse de manera directa a otra persona, porque al transmitir esa experiencia la transforman en enseñanza.[1]



[1]  GUTIÉRREZ, FranciscoPedagogía de la comunicación, Editorial Humanitas, Buenos Aires, 1975, Págs. 93 y 94.



   También establece que No es la escuela sino la comunidad el centro y programador de proyectos a través de los cuales se verifique el proceso educativo. La gestión educativa no debe pertenecer a la escuela sino a la comunidad. Esta debe  disponer de los medios y recursos suficientes como para lograr una red de centros de acción educativa conectados entre sí y organizados técnicamente para prestar servicios a un grupo promocional de dimensión comunal. [2]



[2]  Ídem. Anterior. Pág. 116.


  


Por ello Francisco Gutiérrez afirma que “Implica la formación de una conciencia integradora y movilizadora “que va de lo individual a lo colectivo, transformando los recursos internos a la persona en catalizadores de una sinergia social transformadora.” [3] Y además que “... El cambio de conciencia en relación con el abuso de los derechos de propiedad es el paso previo requerido para implementar la ciudadanía planetaria. Un segundo prerrequisito necesario en este caminar, es encontrar reglas y normas que definan los términos y condiciones de tenencia de la propiedad que hagan posible detener el saqueo y dolencia del planeta Tierra. [4]




[3]  GUTIERREZ, Francisco; “Eco pedagogía y ciudadanía planetaria”, Pág. 42.
[4]  Ídem. Anterior. Pág. 55.



   “Hoy la educación tiene que tener nuevos fines y objetivos. Señalaremos tres que son considerados como primordiales. El primero es considerar la educación como un proceso de concientización. Concientización es equivalente al desarrollo de las facultades de reflexión, de acción y de invención en el educando. Como dice Freire: el hombre no puede participar activamente  en la historia, en la sociedad, en la transformación de la realidad, si no se le ayuda a tener conciencia de la realidad y de su propia capacidad para transformarla. La educación como proceso de concientización permite al educando desarrollar al máximo sus virtualidades como prerrequisito para lograr su liberación individual y social. [5]
            Consecuentemente, solo mediante el aprendizaje se puede llegar a la reflexión, en relación a esto el autor Paulo Freire  indica que la educación “… sea igualmente dialógica. De ahí que, concienciadora también, proporciona, al mismo tiempo, la aprehensión de los temas generadores y la toma de conciencia de los individuos en torno a ellos mismos. [6]


[5] GUTIÉRREZ, FranciscoPedagogía de la comunicación, Editorial Humanitas, Buenos Aires, 1975, Págs. 96 y 97.
[6] FREIRE, Paulo; “Pedagogía del oprimido”,  Editorial Siglo XXI, México, 1973, Págs. 112 y 113.



    El autor Edgar Morin considera preciso que florezca La conciencia ecológica, es decir la conciencia de habitar con todos los seres mortales una misma esfera viviente (biósfera); reconocer nuestro lazo consustancial con la biósfera nos conduce a abandonar el sueño prometeico del dominio del universo para alimentar la aspiración a la convivencia sobre la Tierra.”[7] Porque el hombre puede aprender a convivir en armonía con el medio natural, sin afectarlo y desarrollando actividades que logren la conservación de especies animales y vegetales. El autor Francisco Gutiérrez igualmente destaca que Como dice Freire todo saber autentico lo es desde el momento en que se torna praxis, mientras más reflexiona el hombre sobre la realidad, sobre su situación concreta, más emerge plenamente consciente, comprometido, listo a intervenir en la realidad para cambiarla. Lo que en realidad necesitan los niños para el año 2000  en sus esquemas de asimilación, es una enorme flexibilidad en la acción y un poder no sólo de adaptación sino de  transformación creadora del medio que les rodea.[8]


[7] MORIN, Edgar “Los 7 saberes necesarios a la educación del futuro”, Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, Francia, 1999.
[8] GUTIÉRREZ, FranciscoPedagogía de la comunicación, Editorial Humanitas, Buenos Aires, 1975,  Págs. 112 y 113.



    Mario Kaplún  considera que El modelo se basa en la participación activa del sujeto en el proceso educativo; y formar para la participación en la sociedad. Porque solo participando, involucrándose, investigando, haciéndose preguntas y buscando respuestas, problematizando y problematizándose, se llega realmente al conocimiento.[9]


[9]  KAPLÚN, Mario; “El comunicador popular”, Editorial Humanitas, Buenos Aires, 1978.