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lunes, 20 de junio de 2011

COMUNIDADES ZONA INTERMAREAL

    Comunidades de la zona intermareal, organismos sobre todo marinos que viven en el margen delimitado por las líneas de pleamar y bajamar. Dentro de esta zona, los organismos se enfrentan a un medio inhóspito impuesto por las subidas y bajadas de las mareas. Durante algo más de la mitad de un periodo de 24 horas, el medio ambiente es marino; el resto del tiempo queda expuesto a los cambios de temperatura y a los efectos desecantes del viento y el sol.


    En las áreas rocosas, en especial en las costas del norte, la vida se divide en varias zonas según el tiempo que queda al descubierto cada una. En la posición más elevada de las rocas se encuentra la zona negra, caracterizada por una costra de algas verde-azuladas. Este punto de transición entre el medio ambiente terrestre y marino sólo se ve inundado durante las mareas vivas o las quincenales. Las algas, protegidas por una cubierta gelatinosa para combatir la desecación, sirven de alimento a las litorinas, que se protegen en conchas cónicas herméticamente selladas.
    A continuación está la zona blanca, en la que se encuentran los percebes, aferrados a las piedras. Entre los percebes viven otros moluscos llamados lapas. Durante la marea baja, los percebes mantienen cerradas sus cuatro placas móviles para no perder humedad. Con la pleamar las abren y extienden seis pares de tentáculos que parecen ramas para capturar los organismos microscópicos presentes en el agua. De los percebes se alimentan unos caracoles perforadores.
    Por debajo de la zona blanca, y en algunos lugares sobre la zona de los percebes, aparecen las algas marinas, que carecen de raíces y se agarran a las rocas mediante una especie de zarcillos. Las algas pardas (Phaeophyta) alcanzan más de 2,5 m de longitud; las más comunes son las algas pardas con vesículas flotadoras (laminarias y fucales), con talos de más de 15 cm de grosor. Los talos, que les dan un aspecto frondoso, tienen numerosas protuberancias en forma de burbujas que les permiten flotar. Los mejillonesbisos (filamentos) segregados por una glándula que tienen en el pie. ocupan también esta zona, sobre todo allá donde se acumulan los sedimentos. Se adhieren al sustrato mediante
    En la zona inferior, sólo al descubierto durante las mareas vivas, se encuentra la mayor de las algas pardas, Laminaria, una de las algas marinas llamadas Kelp. Entre sus talos semejantes a frondas viven estrellas de mar, cohombro de mar, lapas, mejillones, y cangrejos.
    En las costas arenosas, la vida se oculta bajo la superficie, a la espera de la próxima pleamar. Cambiante e inestable, la arena no proporciona un sustrato fácil para el desarrollo de la vida. No obstante, el medio ambiente de las costas arenosas es menos duro que el de las costas rocosas. Aunque la temperatura superficial de las playas varía con las mareas, bajo la arena se mantiene casi constante, al igual que la salinidad.
    La parte superior de una playa de arena, al igual que la de una rocosa, es una zona de transición entre la tierra y el mar. Está ocupada por cangrejos y pulgas de playa, animales más terrestres que marinos. La auténtica comunidad marina se encuentra en la zona del litoral. Dos de sus habitantes, activos durante la pleamar, son los gusanos arenícolas, que perforan la arena y se alimentan de materia orgánica, y la almeja coquina Donax, que avanza y retrocede en la playa siguiendo las mareas. Entre los granos de arena viven pequeños copépodos (crustáceos diminutos) y nematodos (gusanos) que se alimentan de algas microscópicas, bacterias y materia orgánica.
    En la parte más alejada de la playa, sólo al descubierto durante un corto periodo, viven almejas, cangrejos, estrellas de mar y los erizos dólares de arena, cuyos esqueletos calcáreos yacen parcialmente enterrados en la arena.


LAS COMUNIDADES MARINAS

    Comunidades marinas, plantas, animales y otras formas de vida adaptadas a vivir en los océanos. Las comunidades marinas incluyen desde los organismos marinos que habitan en la línea de pleamar a lo largo de la costa (véase Comunidades de la zona intermareal) hasta aquellos que viven en las profundidades del océano.       Estos organismos se dividen en tres grupos principales: el bentos, formado por algas como la laminaria y animales como las ofiuras, que viven en los fondos oceánicos; el necton, animales que nadan, como los peces y las ballenas, capaces de desplazarse con independencia de las corrientes de agua; y el plancton, formado por diversos organismos diminutos o microscópicos que se mueven con las corrientes.



LOS HÁBITATS MARINOS

    Las comunidades marinas están adaptadas a vivir en los distintos hábitats presentes en los océanos. El estrato de agua poco profundo (hasta los 200 m de profundidad) y bien iluminado que se encuentra encima de la plataforma continental recibe el nombre de zona nerítica. La zona de mar abierto que se sitúa más allá de la plataforma continental es la zona pelágica. Mas abajo (a partir de los 2.000 m) se halla la zona abisal, de aguas frías y oscuras.

    Sobre el lecho que se extiende en la zona nerítica sobreviven moluscos, gusanos poliquetos, algas, esponjas y otros organismos del bentos. En la zona nerítica también viven representantes del necton, como peces y crustáceos. En la zona pelágica viven organismos planctónicos, además de medusas, calamares, peces, ballenas y otros animales nadadores. En esta área tienen lugar la mayor parte de las capturas comerciales. Los fondos oceánicos también se encuentran poblados por animales bentónicos que se alimentan de sedimentos y los filtran, como los picnogónidos o arañas de mar, los crinoideos pedunculados (lirios de mar), y otros como ciertos gusanos, moluscos bivalvos, caracoles y anémonas. La fauna abisal comprende también el zooplancton y el necton.

    El plancton constituye la forma de vida y la fuente de alimento dominantes del océano. El fitoplancton, que lleva a cabo la fotosíntesis cerca de la superficie del agua, suministra el alimento para el zooplancton e, indirectamente, para los peces que se alimentan de éste. Las formas de vida de las profundidades dependen para su subsistencia de la lluvia de materia orgánica que les llega de las partes más altas.